Un dia en mi vida

Que extraño me siento, es como si no fuese conforme con nada, en estos precisos momentos no se ni que es lo que quiero, me gustaría irme a beber un rato pero a la misma vez se que no debo. Esto a mi no me tiende a importar, lo que pasa es que después que llego al sitio o la barra me quiero ir para casa. Como les dije no se ni que es lo que quiero, me siento gordo otra vez, no se si es por que ayer Domingo se me fue la mano o por otra cosa, lo que se es que me siento como que raro, extraño, el sábado me sentí súper bien cundo vi que uno de mis hermanos, Juan. Estaba en la calle y me encontré con el, no es que propicie que un hombre casado salga para la calle dejando a sus hijos y esposa, pero cada cual hace lo que le crea conveniente, se puede decir que Dios no me dio un hermano varón de sangre pero me dio otros hermanos de crianza que no me fallan, y que siempre han estado hay, cada vez que los necesito. Es como una hermandad, nos molestamos, nos vacilamos, y también nos escuchamos los unos a los otros, las veces que mas mal yo me he sentido ellos me escuchan y yo se que cada ves que ellos me han necesitado yo e estado hay para ellos. Una de las cosas que converse con mi hermano mayor fue la situación del trato que nos da su mamá, en los últimos años esta nos a tratado con desprecio, bueno eso diría yo, es que es así por ejemplo, cuando llegamos a la casa nos mira y nos habla como si fuéramos la peste que acaba de llegar, coloca un gesto que en verdad habla por si solo. Lo mismo hace cuando llegamos a un sitio y ella esta en el, es como si dijera, aquí llegaron estos bones, como si sus hijos fuesen unos santos, pero nada que madre no defiende a sus hijos sobre todas las cosas, pero con todo y los malos tratos y la fatal de cortesía todavía la queremos mucho. No importa lo que mal nos trate, la queremos.